El doctor Guillermo Fergusson fue decano de las
universidades Nacional y del Rosario. Su apellido entroncado con próceres de la independencia y parentela de abolengo con la burguesía colombiana, no fue óbice para que el Doctor Fergusson siempre
asumiera una actitud crítica de cara al manejo oficial de la salud en Colombia y
la oprobiosa discriminación que en este campo sufren los desvalidos. Asumió una vida militante a favor de la
pobrería nacional y sus reivindicaciones por la salud; participó en numerosos actos de protesta,
marchas, conferencias, como forma de afianzar su pensamiento. Con el estudiantado de medicina de la Universidad Nacional
y los médicos, dirigió la toma al Hospital de la Hortúa en 1975; tiempos del
mandato de hambre demagogia y represión de Alfonso López Michelsen. Muestra que
el tratamiento de los gobiernos de turno a la salud del pueblo colombiano, no
ha sido un perverso negocio del presente. El doctor Fergusson murió
prematuramente en 1978.
El siguiente escrito pertenece en sus apartes al discurso pronunciado por el Dr. Fergusson en un homenaje tributado al médico antioqueño Hernando Echeverry Mejía, como candidato de la alianza izquierdista Unión Nacional de Oposición UNO. El texto ha sido tomado del periódico Tribuna Roja publicado en Febrero de 1974.
“acudimos para asociarnos al homenaje que se rinde a un
colega tan distinguido como es el candidato doctor Echeverri. Pero estamos aquí
para rendirlo y hacer constancia de fe a un ideario que tanto el doctor
Echeverri como todos y cada uno de ustedes representa. Y nacen nuestro
entusiasmo y confianza por este movimiento y lo que significa de razones
fundamentalmente pragmáticas, surgidas de la observación diaria de la realidad
médica colombiana.
“Cómo sanar al pueblo frente a una industria que como la
farmacéutica es paradigma del capitalismo monopolista y expresión cruel del más
desvergonzado imperialismo? Es esta una industria, un lobo con piel de oveja,
que envasa porquerías cuya calidad nadie controla, sobrefactura importaciones
de materia prima y deforma con su propaganda el criterio médico.
“Y cómo dar atención médica igualitaria en un país donde la
Constitución consagra el estado de indigencia de un sector como algo inevitable
y en el que a un gran número de compatriotas se atiende con desechos de
calidad inferior, que se reparten como caridades, humillando a quienes los
reciben y dando origen a la industria de la filantropía, que manejan a su amaño
para su propio beneficio muchos políticos y explotadores de toda laya?
“No, en estas condiciones esto es imposible!
“La Andi, Fenalco, se rasgan las vestiduras hipócritamente
ante las deficiencias del ICSS, pero no recuerdan que los obreros enferman
porque ellos no les dan protección industrial, porque sus salarios de hambre
son deletéreos, porque la angustia del oprimido es infinita.
“Estamos aquí para protestar porque la salud sea negada a
nuestros campesinos y obreros y porque nos avergüenza que prevalezcan en
Colombia aquellas enfermedades sobre las que mayor conocimiento médico y
medidas de control existen. Estamos aquí porque nos entristece que mueran
nuestros niños de desnutrición, parásitos y tuberculosis. Porque nos afrenta
ser cómplices de la explotación a que somete a nuestro pueblo el gran pulpo de
la industria farmacéutica internacional; la farsa de la filantropía y la
caridad que convierten en graciosa merced la satisfacción de ese derecho
elemental, y de la humillante crueldad e ineficacia de nuestros hospitales. Y
estamos aquí porque ya sabemos que la medicina como actividad social no es
apolítica y que para ser eficaz debe serlo consciente y activamente subordinada
a la causa de las mayorías proletarias.
“Y no es la nuestra una actitud emocional; y sí es muy
científica y optimista. Hemos visto como más de la mitad de la humanidad
contemporánea ha iniciado la marcha por los caminos del socialismo científico,
y en un tiempo muy breve realizado avances extraordinarios. Lo que en salud han
logrado la URSS, Cuba y muy especialmente la China, es reconocido por las más
serias revistas de medicina norteamericana y contrasta con las críticas que a
la medicina liberal se están haciendo en la propia Norteamérica.
“Y nos hacemos presentes aquí sin oportunismo porque vemos
en esta Unión de Oposición y en los grupos de izquierda a la vanguardia de una
fuerza que será dueña del futuro. Sabemos que el camino inexorable de la
victoria será arduo y doloroso, pero la sangre, las lágrimas y sufrimientos
germinarán dando entre otros frutos, la auténtica medicina popular que este
pueblo necesita. Y entonces no veremos vanos ni quedarán inmunes los
sacrificios de Camilo, cuya muerte hoy conmemoramos, y del comandante y médico
Ernesto Guevara, del Presidente y médico Salvador Allende y de todos los héroes
anónimos que a lo largo y ancho de este mundo luchan por la justicia”.
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