El Miércoles 5 de noviembre de 2014 las FARC asesina 2 dirigentes indígenas
de la comunidad Nasa del Cauca, Colombia, porque desfijaron una propaganda
política de la banda armada que representaba una amenaza de muerte contra la
población, ya que se hallaba conectada a una batería de explosivos. En retaliación por este hecho, se produce la
muerte de los indígenas. Esta es una práctica común de quienes se autoerigieron
como defensores de los humildes, pero que en la práctica solo han sido por
mucho tiempo sus propios verdugos. Como la prensa oficial asordina estos graves
hechos ocultando antecedentes pasados que sirven para subrayar la permanente
ocurrencia de estos actos fascistas en los que se recurre a la violencia como
mecanismo para quitar de en medio cualquier adversario político, publicaré 3 hechos
sucesivos de esta especie que ocurrieron en épocas de las paz belisariana.
Declaración aparecida en el diario El Tiempo de Bogotá, Colombia, el 14
de julio de 1985, firmada por Francisco Mosquera, Secretario General del MOIR.
ELEMENTOS DE LAS FARC ASESINARON A EDUARDO ROLÓN
A eso de las seis de la tarde del
domingo 30 de junio último cayó acribillado Luis Eduardo Rolón, veterano
dirigente del MOIR e integrante del Comité Regional de Santander. El compañero
pereció en la vereda Humadera Baja del corregimiento de Monterrey, cuya
actividad gira alrededor de San Pablo, población del sur de Bolívar adonde se
había vinculado desde hace unos seis años con el objeto de adelantar sus tareas
revolucionarias con las gentes de la localidad, de preferencia entre el
campesinado. En efecto, momentos antes de morir transportó en un vehículo,
desde el casco municipal, varios tubos destinados a concluir sobre el río Boque
un puente al que ya se le habían erigido sus bases. Obra a la cual se dedicó
con ahínco, incluido aquel aciago día, que era de descanso, siempre insistiendo
en desembotellar las comarcas abandonadas y en fortalecer la economía de los
pobres del agro. Inmediatamente después de haber depositado su carga se
encaminó a pie hacia la casa de un campesino amigo, tras el propósito de
atender algunas cuestiones concernientes al funcionamiento de la cooperativa
del lugar fundada por nuestro Partido. Luis Eduardo anduvo más o menos una hora
cuando en un punto del estrecho sendero recibió una ráfaga de metralleta, por
la espalda, y luego fue rematado en el suelo.
El horroroso crimen tiene un
indiscutible carácter político y de él hacemos responsables a las Farc e indirectamente
a la dirección del PC.
Esta contracorriente empezó a
incursionar en la zona al amparo de sus acuerdos de "paz" con la
administración belisarista, ostentando sus rifles y extendiéndose a punta de
intimidar a quienes no se sometan a sus dictámenes. Su primer objetivo allí,
como en otras partes, ha sido el de intentar barrer la creciente influencia del
MOIR entre las masas e impedirnos la acción pública, con métodos que van desde
el señalamiento calumnioso de que actuamos por designio de la CIA hasta la
expresa prohibición a nuestros militantes de distribuir propaganda, vender la
prensa partidaria u organizar a los trabajadores. Todo, por supuesto, llevado a
cabo bajo la amenaza de las armas.
Nunca hemos dirimido las
discrepancias con nuestros contradictores, principales o secundarios, mediante
la violencia; ni nos pasa por la mente el propiciarla por el hecho de formular
esta precisa, perentoria e indignada denuncia. Pero los ejecutores del vil
asesinato no pueden contar con nuestro silencio para continuar impunemente
agrediendo o matando a los cuadros del MOIR. Por ello emplazamos a sus
superiores, ante el país entero, exigiéndoles que no encubran al comandante que
auspició, autorizó o simplemente dio la orden de la cobarde emboscada. Con los
alias de "Arcelicio", "Pedro" y "Orlando" han
merodeado por aquellos contornos tres jefes de cuadrilla; entre éstos ha de
hallarse el autor o los autores materiales e intelectuales del homicidio. Que
se sepa cuál fue o cuáles fueron para que sobre sus nombres caiga por lo menos
la sanción del repudio del pueblo.
EN SAN PABLO, EL GOBIERNO SE NIEGA A IR POR EL CADÁVER.
En cuanto al comportamiento de las
autoridades de San Pablo, hemos de informar que cuando se entrevistó con ellas
la comisión del MOIR, encabezada por Jorge Santos, presidente de la USO, a fin
de llenar los trámites correspondientes al rescate del cuerpo del camarada
desaparecido, el oficial encargado de la policía no solamente se rehusó a
prestar cualquier protección sino que aconsejó no ir por el cadáver. Tal
actitud obedecía, según sus propios comentarios, a dos factores: uno, que la
región se encontraba infestada por las Farc, y el otro, que tenían
instrucciones terminantes de no desplazarse hacia las áreas rurales. Semejantes
evasivas, aunque en realidad no nos sorprenden, sí muestran hasta dónde llega
la indolencia oficial ante este tipo de atentados, y cuán significativa es la
ventaja concedida a unos grupos que, diciéndose amigos de la pacificación
dialogada y gozando de los gajes de un entendimiento pactado con el régimen,
lejos de deponer los fusiles, incrementan su pie de fuerza y hostilizan a
agrupaciones y personas inermes, cual lo indican las protestas provenientes de
los cuatro costados de Colombia y firmadas por industriales, comerciantes,
empresarios agrícolas, religiosos. Por ejemplo, el Sindicato de Trabajadores
Agropecuarios de Antioquia acaba de expedir, contra las unidades de las Farc,
un comunicado dejando constancia de los amedrentadores hostigamientos de que
han sido víctimas sus directivos en la zona bananera de Urabá. Con la pantomima
del apaciguamiento ocurre que, en lugar de incorporarse ciertamente una minoría
de insurrectos a la lucha legal, la contienda política se militariza a pasos
acelerados.
EL ASESINATO DE ROLÓN, MÉTODO FASCISTA DE COMO SE ELIMINA UN RIVAL POLÍTICO.
La abominable ejecución de Luis
Eduardo Rolón pone de manifiesto tan dramático desenlace, pues responde a las
impredecibles ambiciones de unos comandos que de pronto arriban a un territorio
con el cometido de desalojar a plomo a un partido rival que lleva cerca de un
decenio bregando pacientemente junto a los necesitados del campo, compartiendo
sus penalidades y coadyuvándoles a obtener progresos tanto en sus
reivindicaciones sociales como en sus faenas productivas. Merced a ello, e
interpretando la inquietud general, demandamos de los sumos poderes se nos
aclare el verdadero alcance de las nuevas reglas del juego que regulan la
confrontación "pacífica" entre colectividades de distinto color e
ideario. En los tres años de ejercicio de la actual administración jamás hemos
solicitado una audiencia con el presidente de la república, y hoy, a través de
esta declaración, la estamos pidiendo, a la espera de que nos diga, ante el
gravísimo antecedente del ametrallamiento de nuestro compañero Rolón, cómo
concibe el Ejecutivo las garantías constitucionales de los partidos sin aparato
armado cuyos miembros padecen los cruentos ataques de facciones bélicas que,
cuando no reciben el apoyo abierto de alcaldes y gobernadores, se valen de las
indulgencias del Estado para eliminar y arrinconar a sus antagonistas.
EVIDENTE CONFABULACIÓN ENTRE LAS FARC Y LA CÚPULA GUBERNAMENTAL.
La defensa de los derechos de las
mayorías democráticas y patrióticas, acechados por la confabulación cada día
más evidente entre el mamertismo y la cúpula gubernamental, torna imperiosa la
conformación de una gigantesca alianza, no conocida hasta ahora, entre obreros,
campesinos, intelectuales y burgueses, que se plantee las siguientes metas
mínimas: primero, contener los asesinatos políticos, los secuestros, la
extorsión y las demás andanadas terroristas; segundo, resguardar la producción
nacional ante las lesivas pretensiones del Fondo Monetario y la ruinosa
expoliación de los monopolios extranjeros; tercero, mejorar las lamentables
condiciones de subsistencia de las masas laboriosas y del pueblo en su
conjunto, y cuarto, proteger la soberanía de Colombia no sólo ante los viejos y
declinantes imperialismos, sino fundamentalmente ante la Unión Soviética, el
mayor peligro para la libertad de las naciones en la era contemporánea.
El país no sucumbirá en la celada que
le quieren tender unos cuantos; entre sus numerosos habitantes hay sobrados
recursos morales con qué doblegar las azarosas complicaciones de la hora.
Abogando por la salvación de la patria apelaremos a esas reservas, con la
voluntad y la valentía de hombres como Luis Eduardo Rolón, quien rubricó con su
sangre su pensamiento.
Movimiento Obrero Independiente y
Revolucionario, MOIR Comité Ejecutivo Central Francisco Mosquera Secretario
General
Bogotá, 13 de julio de 1985.