viernes, 20 de febrero de 2015

¿Golpe de estado de los medios de comunicación social? La vil viralidad de la oposición en Venezuela.

Como respuesta a la censura que los medios de comunicación del mundo controlados por las agencias enemigas del gobierno venezolano le imponen a la opinión internacional, publicamos este artículo de TELESUR. En Colombia donde a diario se habla de la "libertad de expresión", TELESUR es censurada y no se permite que su población conozca libremente a través de los canales de la televisión la información que esta agencia de prensa publica.


En el aniversario del estallido de violentas protestas de derecha, teleSUR examina el papel de los medios de comunicación social en el fomento de la violencia y la desinformación.

En febrero pasado el mundo retrocedió asustado y con horror, después de que fotos y testimonios que supuestamente mostraban y describían la violencia del Estado Venezolano contra las protestas de la oposición se propagaron a través de Twitter y Facebook. Un artículo viral incluso declaró que un "pogromo tropical" estaba en marcha en el país Sudamericano.

El hashtag #SOSVenezuela, en Twitter, de inmediato surgió como un grito de ayuda para que el mundo intervenga.

Los medios de comunicación internacionales, especialmente en los Estados Unidos, aprovecharon la oportunidad para cubrir a Venezuela con una luz negativa, aunque engañosa. E incluso algunas personas bien intencionadas en los medios de comunicación social, sin un conocimiento exhaustivo de la política venezolana, fueron seducidas por las dramáticas imágenes y descripciones que parecían manifestaciones pacíficas crónicas siendo reprimidas por las fuerzas del Gobierno Venezolano.

Excepto que no sucedió.

Algunas de las fotos más atroces y espantosas eran falsificaciones; eran fotos tomadas de otras partes del mundo y publicadas como si estuviera sucediendo en Venezuela. Otras pocas eran realmente de Venezuela, pero de un año diferente y en un diferente contexto.

"Las protestas de la oposición en el 2014 fueron realmente una prueba decisiva, tanto de la utilidad estratégica, como de los poderosos peligros de las redes sociales" George Ciccariello-Maher, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Drexel y autor de "Creamos a Chávez", dijo a teleSUR. "Imágenes falsas y reclamaciones manipuladas repartidas y distribuidas como reguero de pólvora, y aunque era posible desacreditar algunas - por ejemplo, las imágenes de otros países, de otros períodos de la historia - Para el momento que una era desmentida, una docena habían surgido en su lugar"

Un ejemplo es una foto que mostraba a un policía violentamente tirando de un manifestante con una llave al cuello. Un tuit que acompaña la foto decía "SOS, represión en Venezuela. URGENTE que esta foto le dé la vuelta al mundo" Sin embargo, la foto era una falsificación, que data del 2011 de las protestas estudiantiles en Santiago, Chile.

Otro ejemplo particularmente odioso pretendía mostrar a un policía Venezolano forzando a un manifestante a tener sexo oral con él. Sin embargo, la foto, que fue publicada por la actriz Venezolana Amanda Gutiérrez, era de un sitio porno con sede en Estados Unidos, algo por lo que la actriz se disculpó más tarde con sus 228.000 seguidores de Twitter. Su disculpa, aclarando las cosas no recibió ni de cerca tanta atención como la desinformación original que se registró con la foto.

 Una foto menos inflamatoria y más humana mostraba a una mujer joven con las manos en los brazos de un oficial de la policía antidisturbios, su cara obviamente angustiada, como si estuviera llorando y suplicando al oficial. La foto fue tuiteada con el texto, "Tú y yo somos venezolanos mi pana" Sin embargo, la conmovedora foto, que supuestamente muestra la humanidad de los manifestantes de la oposición, fue una completa farsa. La foto era en realidad de una protesta en Sofía, Bulgaria, en el 2013.

Como Ciccariello-Maher explicó: "En un lugar políticamente dividido como Venezuela, donde la oposición existe en una especie de caja de resonancia que siempre repite los mismos mantras, sobre el fraude electoral, la dictadura, etc., esto (el uso de medios sociales) demostró ser poderosamente peligroso, ya que movilizó a los extremistas que simplemente salieron a las calles a partir de algo que ya creían que era cierto".

¿Entonces por qué estaban los medios corporativos tan dispuestos, si no imprudentes, a utilizar estos y otros tuits como si fueran un hecho, en sus informes? Como Steve Ellner, analista de mucho tiempo de la historia y políticas de Venezuela y autor de "Izquierda Radical en América Latina: desafíos y complejidades del poder político en el siglo XXI", dijo a teleSUR: "Los medios corporativos internacionales son expertos en la presentación de información poco fiable disfrazada como puntos de vista. De esta manera promueven opiniones, o por lo menos dudas, entre los millones de personas que no tienen fácil acceso a la información más fiable".

Según Ellner, el uso de Twitter como fuente periodística es una "herramienta útil" para corporaciones y medios de comunicación internacionales, y el citar tuits de la derecha como si fueran opiniones privilegiadas desde adentro, para presentar un balance supuestamente equilibrado desde el lugar de los hechos, "ha sido aplicado, en el caso de Venezuela, a lo grande".

La narración, en gran parte de la corriente internacional, sobre la cobertura de las noticias durante esta ola de violencia política de la extrema derecha, era que la oposición se vio obligada a tomar los medios de comunicación social como resultado de un bloqueo mediático dictatorial en Venezuela, que impedía que voces de la oposición sean vistas o escuchadas en los medios tradicionales. Pero los analistas sostienen que ese no era el caso.

Ciccariello-Maher explicó que el Gobierno Venezolano "ha frenado con éxito algunos de los elementos más extremos" de la prensa y los medios de comunicación privados que ayudaron a orquestar el intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, pero "no hay bloqueo mediático en Venezuela". Más bien, él lo caracterizó como "un debate lleno de matices en torno al derecho de las personas a una información precisa y la responsabilidad del sector privado en la prestación de este"

Julia Buxton, profesor de Política Comparada en la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad Central Europea en Budapest, entiende el contexto de los medios de Venezuela de manera similar. Con este telón de fondo, dijo en una entrevista con teleSUR, "La falta de una plataforma (oposición) articulada tiene menos que ver con la censura de los medios y la restricción que el simple hecho de la ausencia de un plan". Buxton observaba que "partidarios de la oposición no han utilizado Twitter para discutir o difundir ideas, sino para el abuso y el insulto".

Pero un plan, que la oposición si tenía, era utilizar todos sus medios de comunicación y plataformas de medios sociales para enmarcar el relato de lo que estaba ocurriendo en Venezuela a nivel internacional. El 20 de febrero del 2014, en un artículo que se hizo viral, "El juego cambió en Venezuela ayer por la noche - y los medios de comunicación internacionales están dormidos en el interruptor", el escritor Francisco Toro, fundador del blog de derecha de la oposición, Crónicas Caracas, pidió a medios de comunicación internacionales prestar atención a la "ofensiva tramada por el Estado para reprimir y aterrorizar a sus oponentes" en Venezuela. El artículo de Toro recibió cientos de miles de ‘me gusta’ y fue compartida miles de veces en Facebook y le dieron decenas de miles de re- tweets. Toro, un ex corresponsal del New York Times quien renunció después de ser descubierto como un miembro activo de la oposición, que sin embargo seguía proporcionando columnas regulares y entradas de blog en el mismo periódico, escribió sobre "los paramilitares patrocinados por el Estado" que estaban "disparando a todo el que parecía que podría estar protestando", lo que según él, resultó en el equivalente a un "pogromo tropical" la noche anterior.

Este "pogromo" resultó en la muerte de una persona - no esa misma noche, pero cuatro días después a consecuencia de las lesiones.

Cuando fue presionado por los críticos de los medios, Keane Bhatt y Jim Naureckas en Twitter, Toro admitió que "fue una exageración en el calor del momento". Incluso tomó las páginas de su sitio web para escribir que "ha quedado claro que la violencia en aquella noche dejó... sólo una víctima mortal, de esa manera no alcanza la definición comúnmente entendida de un "pogromo".

Un pogromo, por definición, es una masacre organizada.

Sin embargo, el daño estaba hecho. En contraste con los cientos de miles de personas a las que llegó su pieza original, su corrección fue compartida 14 veces en Facebook y 12 veces en Twitter. Tal es la norma en las redes sociales, donde la desinformación sensacionalista parece atraer consistentemente más atención que las correcciones.

Otro ejemplo de contenido estratégicamente viral era un vídeo de YouTube llamado "Lo que está pasando en Venezuela, en pocas palabras", hecho y narrado por una joven estudiante universitaria venezolana que vive en los EE.UU. A pesar de que el video estaba plagado de información falsa y engañosa, el grito, aparentemente inocente, pidiendo ayuda, cayó como anillo al dedo para las redes sociales del "clicktivismo" y rápidamente alcanzó proporciones virales. Obtuvo más de 3 millones de visitas en YouTube y fue ampliamente compartido en otras plataformas de medios sociales. Además de las exageradas estadísticas, como la de "millones de homicidios" que ocurren en el país cada día, lo que habría acabado con toda la población de Venezuela en un mes, ella también mintió sobre asesinatos de manifestantes, las manifestaciones pacíficas, y que hay censura de prensa en el país. Sin embargo, el periódico británico The Guardian presentó el video en su sitio web, alabándolo por traer "la difícil situación de las protestas estudiantiles en Venezuela a la atención mundial".

Lo que no llega a ser viral en Twitter, obviamente, puede ser tan importante como lo que si llega.

Otro ejemplo, además de la retracción de Toro, sería un artículo en el New York Times que ofrecía un caso raro de información honesta. El artículo "Armas rudimentarias ayudan a mantener las protestas en bastión de la oposición venezolana" (25/02/2014), informó que las protestas estudiantiles contra el gobierno tenían "una variedad de armas caseras - morteros pequeños, explosivos ruidosos, bombas incendiarias, hondas, palos y unas cosas de aspecto desagradable llamados Miguelitos, hechos de mangueras adornadas con clavos". El artículo citaba a Andryth Niño de19 años de edad admitiendo que, "aquí no somos pacíficos".

Desenmascarando a los Medios de Comunicación Social - Democracia Digital sin Garantías

Es así que las fuerzas de la oposición han mantenido una presencia constante en los medios sociales, sus campañas de movilización y de desestabilización renovadas caracterizan el período previo al aniversario de la ola de violencia del año pasado. La oposición está movilizando a sus bases, llamando a los partidarios a las calles para las protestas de aniversario este 12 de febrero.

Los partidarios usan el hashtags #12F y #YoSalgoEl12F para anunciar su participación en las protestas de la oposición. Tal vez el más interesante es el hashtag #YoSalgoPor con el que partidarios de la oposición expresan sus razones y motivaciones para unirse a las marchas de aniversario de la Guarimba.

La mayoría de estos tuits #YoSalgoPor dicen que los manifestantes saldrán a las calles por "todos los héroes caídos" de la oposición, o por "justicia por los caídos" que no pueden asistir a las marchas de este año. Estos tuits conmemoran a las aparentes víctimas de la violencia de Estado en la primera ronda de las Guarimbas del año pasado. Sin embargo, la inmensa mayoría de las 43 víctimas mortales murieron como consecuencia de las protestas violentas de la oposición y por condiciones desestabilizadoras que la oposición ayudó a provocar. Al menos diez personas murieron solamente en las barricadas de la oposición, y varios miembros del personal de seguridad del gobierno, así como otros también murieron, esto según los datos recogidos por el Centro Estadounidense para la Investigación Económica y Política.

María Corina Machado es una figura destacada de la oposición venezolana, estuvo involucrada en el intento fallido de golpe de Estado en el 2002, y fue principal organizadora de las protestas de la oposición el año pasado. Su organización de la sociedad civil, Súmate, aceptó fondos del principalmente financiado por el Congreso de los Estados Unidos, National Endowment para la Democracia (NED).

Como es la naturaleza de los medios sociales, proporcionando sólo una instantánea sin un contexto más amplio, estos tuits #YoSalgoPor, por supuesto, no aluden a la violencia y las muertes causadas por la violencia de la oposición de derecha. La más horrible entre estas muertes incluye la de una mujer siendo decapitada por alambre de púas intencionalmente ensartado en las barricadas de los extremistas de la oposición para causar daño a los motociclistas progubernamentales. Varios motociclistas fueron efectivamente decapitados, varios otros motoristas murieron al chocar contra las barricadas. Al menos tres personas murieron por disparos al intentar despejar las barricadas. Seis miembros de la Guardia Nacional también fueron asesinados.

Estas acciones cumplieron con los objetivos de un plan de desestabilización estratégica desarrollado en el 2013 por organizaciones de Colombia y Estados Unidos, entre ellas USAID, en colaboración con los líderes de la oposición venezolana. Como se detalla en el plan estratégico filtrado y que fue publicado en línea por la abogada y periodista Eva Golinger, la estrategia de la oposición era "crear situaciones de crisis en las calles que faciliten la intervención de Estados Unidos, así como las fuerzas de la OTAN, con el apoyo del gobierno colombiano. Siempre que sea posible, la violencia debe resultar en muertes o lesiones"(énfasis añadido).

Haciendo caso omiso de sus acciones violentas, los tweets #YoSalgoPor, retratan a la oposición como las víctimas de la violencia, en lugar de los autores.

Pero no es ninguna coincidencia que los medios de comunicación social se hayan convertido en un instrumento clave de la propaganda de la oposición. Más bien, es una estrategia concertada que tiene por lo menos raíces parciales en el intento de Estados Unidos de fomentar el caos y la inestabilidad en Venezuela. Fuentes de Estados Unidos como la National Endowment for Democracy (NED) financian fuertemente a fuerzas de la oposición venezolana y proporcionan capacitación en "democracia" a grupos de estudiantes de la oposición, que ha incluido la capacitación en el uso de medios sociales. En 2013, la NED otorgó un total de 1.752.300 dólares en subvenciones a Venezuela en diversas áreas del programa, incluyendo $ 63,000 para "Liderazgo Emergente, Comunicación y Redes Sociales", y otro casi de $ 300.000 para la "Formación y Habilidades de Comunicación Para Activistas Políticos", incluida la capacitación en el uso de las TIC, o herramientas de comunicación de Internet.

"El enfocarse en la juventud ha sido una estrategia de ejecución larga, mientras que el elemento de medios de comunicación social es un instrumento más reciente (y más barato) de poder blando, que es, en mi opinión, totalmente perjudicial para los intereses de voces realmente pluralistas y democráticas" añadió Buxton, de la Universidad Central Europea. "Al igual que con todos los aspectos de la intervención de Estados Unidos en otros países, estas formas de violación de la soberanía - blandas o duras, son por lo general contraproducentes, como lo vemos en otros aspectos de las “guerras” en los medios sociales, que pueden conducir a un retroceso más problemático de fuerzas y grupos aún más radicales y opuestos".

En una época de extrema brutalidad policial contra la protesta política en una escala global, los equívocos que pueden extraerse en base a esta información parcial y engañosa son fáciles de hacer, sobre todo para los que ya están mal informados como resultado de la cobertura informativa dominante de Venezuela.

Los medios de comunicación social, particularmente en un contexto político complejo y mal entendido, pueden fácilmente descontextualizar eventos y perpetuar la desinformación, a menudo con la ayuda voluntaria de los medios de comunicación internacionales. Dadas las tensiones históricas entre Venezuela y los EE.UU. y otras potencias mundiales capitalistas Occidentales, Venezuela es un espécimen particularmente interesante para este tipo de informes de confirmación sesgados, y con la ayuda de los medios de comunicación social, la desinformación abunda.



 



domingo, 9 de noviembre de 2014

Asesinato de los indígenas Nasa; práctica secular de las FARC contra cualquier oponente político. Eduardo Rolón 1985.

El Miércoles 5 de noviembre de 2014 las FARC asesina 2 dirigentes indígenas de la comunidad Nasa del Cauca, Colombia, porque desfijaron una propaganda política de la banda armada que representaba una amenaza de muerte contra la población, ya que se hallaba conectada a una batería de explosivos.  En retaliación por este hecho, se produce la muerte de los indígenas. Esta es una práctica común de quienes se autoerigieron como defensores de los humildes, pero que en la práctica solo han sido por mucho tiempo sus propios verdugos. Como la prensa oficial asordina estos graves hechos ocultando antecedentes pasados que sirven para subrayar la permanente ocurrencia de estos actos fascistas en los que se recurre a la violencia como mecanismo para quitar de en medio cualquier adversario político, publicaré 3 hechos sucesivos de esta especie que ocurrieron en épocas de las paz belisariana.


Declaración aparecida en el diario El Tiempo de Bogotá, Colombia, el 14 de julio de 1985, firmada por Francisco Mosquera, Secretario General del MOIR. 

ELEMENTOS DE LAS FARC ASESINARON A EDUARDO ROLÓN

A eso de las seis de la tarde del domingo 30 de junio último cayó acribillado Luis Eduardo Rolón, veterano dirigente del MOIR e integrante del Comité Regional de Santander. El compañero pereció en la vereda Humadera Baja del corregimiento de Monterrey, cuya actividad gira alrededor de San Pablo, población del sur de Bolívar adonde se había vinculado desde hace unos seis años con el objeto de adelantar sus tareas revolucionarias con las gentes de la localidad, de preferencia entre el campesinado. En efecto, momentos antes de morir transportó en un vehículo, desde el casco municipal, varios tubos destinados a concluir sobre el río Boque un puente al que ya se le habían erigido sus bases. Obra a la cual se dedicó con ahínco, incluido aquel aciago día, que era de descanso, siempre insistiendo en desembotellar las comarcas abandonadas y en fortalecer la economía de los pobres del agro. Inmediatamente después de haber depositado su carga se encaminó a pie hacia la casa de un campesino amigo, tras el propósito de atender algunas cuestiones concernientes al funcionamiento de la cooperativa del lugar fundada por nuestro Partido. Luis Eduardo anduvo más o menos una hora cuando en un punto del estrecho sendero recibió una ráfaga de metralleta, por la espalda, y luego fue rematado en el suelo.

El horroroso crimen tiene un indiscutible carácter político y de él hacemos responsables a las Farc e indirectamente a la dirección del PC.

Esta contracorriente empezó a incursionar en la zona al amparo de sus acuerdos de "paz" con la administración belisarista, ostentando sus rifles y extendiéndose a punta de intimidar a quienes no se sometan a sus dictámenes. Su primer objetivo allí, como en otras partes, ha sido el de intentar barrer la creciente influencia del MOIR entre las masas e impedirnos la acción pública, con métodos que van desde el señalamiento calumnioso de que actuamos por designio de la CIA hasta la expresa prohibición a nuestros militantes de distribuir propaganda, vender la prensa partidaria u organizar a los trabajadores. Todo, por supuesto, llevado a cabo bajo la amenaza de las armas.

Nunca hemos dirimido las discrepancias con nuestros contradictores, principales o secundarios, mediante la violencia; ni nos pasa por la mente el propiciarla por el hecho de formular esta precisa, perentoria e indignada denuncia. Pero los ejecutores del vil asesinato no pueden contar con nuestro silencio para continuar impunemente agrediendo o matando a los cuadros del MOIR. Por ello emplazamos a sus superiores, ante el país entero, exigiéndoles que no encubran al comandante que auspició, autorizó o simplemente dio la orden de la cobarde emboscada. Con los alias de "Arcelicio", "Pedro" y "Orlando" han merodeado por aquellos contornos tres jefes de cuadrilla; entre éstos ha de hallarse el autor o los autores materiales e intelectuales del homicidio. Que se sepa cuál fue o cuáles fueron para que sobre sus nombres caiga por lo menos la sanción del repudio del pueblo.

EN SAN PABLO, EL GOBIERNO SE NIEGA A IR POR EL CADÁVER.

En cuanto al comportamiento de las autoridades de San Pablo, hemos de informar que cuando se entrevistó con ellas la comisión del MOIR, encabezada por Jorge Santos, presidente de la USO, a fin de llenar los trámites correspondientes al rescate del cuerpo del camarada desaparecido, el oficial encargado de la policía no solamente se rehusó a prestar cualquier protección sino que aconsejó no ir por el cadáver. Tal actitud obedecía, según sus propios comentarios, a dos factores: uno, que la región se encontraba infestada por las Farc, y el otro, que tenían instrucciones terminantes de no desplazarse hacia las áreas rurales. Semejantes evasivas, aunque en realidad no nos sorprenden, sí muestran hasta dónde llega la indolencia oficial ante este tipo de atentados, y cuán significativa es la ventaja concedida a unos grupos que, diciéndose amigos de la pacificación dialogada y gozando de los gajes de un entendimiento pactado con el régimen, lejos de deponer los fusiles, incrementan su pie de fuerza y hostilizan a agrupaciones y personas inermes, cual lo indican las protestas provenientes de los cuatro costados de Colombia y firmadas por industriales, comerciantes, empresarios agrícolas, religiosos. Por ejemplo, el Sindicato de Trabajadores Agropecuarios de Antioquia acaba de expedir, contra las unidades de las Farc, un comunicado dejando constancia de los amedrentadores hostigamientos de que han sido víctimas sus directivos en la zona bananera de Urabá. Con la pantomima del apaciguamiento ocurre que, en lugar de incorporarse ciertamente una minoría de insurrectos a la lucha legal, la contienda política se militariza a pasos acelerados.

EL ASESINATO DE ROLÓN, MÉTODO FASCISTA DE COMO SE ELIMINA UN RIVAL POLÍTICO.

La abominable ejecución de Luis Eduardo Rolón pone de manifiesto tan dramático desenlace, pues responde a las impredecibles ambiciones de unos comandos que de pronto arriban a un territorio con el cometido de desalojar a plomo a un partido rival que lleva cerca de un decenio bregando pacientemente junto a los necesitados del campo, compartiendo sus penalidades y coadyuvándoles a obtener progresos tanto en sus reivindicaciones sociales como en sus faenas productivas. Merced a ello, e interpretando la inquietud general, demandamos de los sumos poderes se nos aclare el verdadero alcance de las nuevas reglas del juego que regulan la confrontación "pacífica" entre colectividades de distinto color e ideario. En los tres años de ejercicio de la actual administración jamás hemos solicitado una audiencia con el presidente de la república, y hoy, a través de esta declaración, la estamos pidiendo, a la espera de que nos diga, ante el gravísimo antecedente del ametrallamiento de nuestro compañero Rolón, cómo concibe el Ejecutivo las garantías constitucionales de los partidos sin aparato armado cuyos miembros padecen los cruentos ataques de facciones bélicas que, cuando no reciben el apoyo abierto de alcaldes y gobernadores, se valen de las indulgencias del Estado para eliminar y arrinconar a sus antagonistas.

EVIDENTE CONFABULACIÓN ENTRE LAS FARC Y LA CÚPULA GUBERNAMENTAL.

La defensa de los derechos de las mayorías democráticas y patrióticas, acechados por la confabulación cada día más evidente entre el mamertismo y la cúpula gubernamental, torna imperiosa la conformación de una gigantesca alianza, no conocida hasta ahora, entre obreros, campesinos, intelectuales y burgueses, que se plantee las siguientes metas mínimas: primero, contener los asesinatos políticos, los secuestros, la extorsión y las demás andanadas terroristas; segundo, resguardar la producción nacional ante las lesivas pretensiones del Fondo Monetario y la ruinosa expoliación de los monopolios extranjeros; tercero, mejorar las lamentables condiciones de subsistencia de las masas laboriosas y del pueblo en su conjunto, y cuarto, proteger la soberanía de Colombia no sólo ante los viejos y declinantes imperialismos, sino fundamentalmente ante la Unión Soviética, el mayor peligro para la libertad de las naciones en la era contemporánea.

El país no sucumbirá en la celada que le quieren tender unos cuantos; entre sus numerosos habitantes hay sobrados recursos morales con qué doblegar las azarosas complicaciones de la hora. Abogando por la salvación de la patria apelaremos a esas reservas, con la voluntad y la valentía de hombres como Luis Eduardo Rolón, quien rubricó con su sangre su pensamiento.

Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario, MOIR Comité Ejecutivo Central Francisco Mosquera Secretario General

Bogotá, 13 de julio de 1985.



sábado, 1 de noviembre de 2014

Mineros de Amagá viven y luchan su existencia de zapadores insomnes, condenados a la miseria por una reducida mafia de capitalistas.

Desde 1977 se han producido más de 176 muertes de humildes mineros en la región carbonífera de Amagá (Antioquia) todo a causa de la desmedida codicia de los propietarios de las minas que solo piensan en engordar sus bolsillos a costa de la explotación inhumana de los trabajadores mineros, sometiéndolos a largas e ilegales jornadas de trabajo en condiciones laborales deprimentes y sin las medidas de seguridad industrial pertinentes que exige esta clase de actividades.


El 14 de julio de 1977 y a causa de una explosión de gas grisú perecieron 86 trabajadores, reconocidos oficialmente pero se habla de más de 100,  en las minas Villa Diana y el Silencio. El 7 de Noviembre de 1981 en la misma mina de El Silencio 5 mineros perecen a causa de un derrumbe. El 16 de Junio de 2010 en la mina San Joaquín 73 mineros mueren asfixiados por acumulación de gases; y este 30 de Octubre de 2014 en la mina la Cancha, 12 trabajadores quedan atrapados en las profundidades de esta veta al reventarse un tambor de agua que inunda las galerías.
La repetida sucesión de tragedias no ha merecido la atención del gobierno para exigirle a los propietarios de las explotaciones las más estrictas medidas de seguridad. La laxitud del cumplimiento de las normas, es la norma. A esto se suma la explotación ilegal a la que recurren las familias de campesinos empobrecidos de la región, que se adentran en los socavones abandonados en peligro de inundarse, derrumbarse o ser objeto de explosiones por acumulación de gases o producción de vapores letales.
Es el destino de los miserables de este país que deben sobrevivir contra viento y marea a costa del riesgo de sus propias vidas. Esos días en cada cuadra de Amagá hubo un velorio y en cada puerta un soldado.

Quise reproducir íntegramente un artículo que publicó el periódico Tribuna Roja en su edición No. 27 de 1977, en donde se hace una reseña muy completa sobre la tragedia de las minas carboníferas El Silencio y Villa Diana del Municipio de Amagá, Antioquia, a propósito del drama que viven hoy en la misma región las familias de 12 campesinos mineros atrapados en los socavones de la mina La Cancha, por una inundación.   

“Para Industrial Hullera y el gobierno la vida de un minero vale menos que un bulto de carbón. Durante no sé cuantos años exigimos mejoras en las condiciones de trabajo y buen mantenimiento para carrileras y malacates. Permanentemente hemos demandado de las autoridades laborales que hicieran cumplir las disposiciones sobre salud ocupacional, que inspeccionaran los socavones y comprobaran su pésima ventilación. Jamás nos escucharon. Hoy nos matan a más de 100 compañeros y encima nos echan la responsabilidad; aquí los únicos culpables son ustedes”, exclamó enfurecido Hernán Taborda, presidente del Sindicato de la Industria Minera de Antioquia, cuando el administrador de la mina Villa Diana pretendió señalar a los trabajadores como causantes de la explosión de gas grisú, acaecida el pasado 14 de julio, en la que perecieron calcinados y asfixiados más de 100 mineros de Amagá.
  

Una mina cementerio


Industrial Hullera, propiedad de los más grandes consorcios industriales de Antioquia como Coltejer, Fabricato, Pilsen, Cementos El Cairo, Cementos Argos, Tejicóndor y Vicuña, es una de las principales productoras de carbón en Colombia y extrae cerca del 40% del tonelaje total del departamento. No obstante que sus dueños la catalogan como el yacimiento más tecnificado y moderno del país, Industrial Hullera carece de equipos de salvamento, tiene un flujo de aire cinco veces inferior al necesario, su elevada temperatura interior sobrepasa los límites máximos exigidos por las normas internacionales de seguridad.

Pero las “garantías” brindadas por los amos del carbón a sus esclavos asalariados son todavía más aterradoras. Laborando en jornadas de ocho, diez, doce horas, los mineros escarban las entrañas de la tierra acosados por el calor, semidesnudos, hambrientos, privados de la luz solar durante meses, hostilizados por los caporales y perseguidos por los empresarios cuando claman justicia. Este arriesgado trajinar lo adelantan los obreros en insalubres y deficientes condiciones de trabajo: túneles que no poseen instrumentos de detección de gases, ni sistemas de escape en caso de incendio o derrumbe, ni controles de humedad y de aire enrarecido.

Por otra parte, sin asistencia médica, sometidos al infame sistema de contratistas que los despoja de sus prestaciones sociales, los mineros de Amagá viven y luchan su existencia de zapadores insomnes condenados a la miseria por una reducida mafia de capitalistas. Con razón, los trabajadores llaman a Industrial Hullera la mina cementerio.

Mitin en la madrugada

En los días previos a la tragedia, los mineros venían denunciando en mítines y reuniones la falta de seguridad y las reiteradas violaciones empresariales a la convención pactada, al término de una victoriosa huelga de 53 días, en marzo del presente año. El 26 de junio aprobaron lanzarse a un paro indefinido si el monopolio hullero rechazaba las reclamaciones formuladas por la organización sindical, en el sentido de dar estricto cumplimiento a lo firmado por las partes.

Precisamente, en la madrugada del fatídico 14 de julio, la junta directiva del sindicato, cuya entrada a las instalaciones estaba proscrita por la gerencia, presidió una reunión de protesta junto a la boca mina de Villa Diana, en lo cual los trabajadores acordaron no laborar horas extras, ni el domingo 16 ni el miércoles 20, feriado nacional, con el fin de repudiar la política antiobrera de la compañía. Acudieron ante el administrador y le advirtieron sobre los notables aumentos de temperatura registrados en la mina. Este, indiferente a las quejas de los explotados, respondió amenazante: “Trabajen, a mí lo único que me interesa es la producción”.

A regañadientes, los hombres penetraron en la insegura mina para relevar a sus compañeros del primer turno de la madrugada, de tal forma que, cuando se encontraban dentro de ella los trabajadores de las dos jornadas, ocurrió la brutal explosión en los socavones del manto uno.

El amargo amanecer de Amagá

A eso de las cinco de la mañana, una incandescencia letal restalló en los pasillos de la excavación, sembrando desolación y ruina a lo largo de las galerías principales. Una llamarada recorrió en un santiamén todos los vericuetos de la mina. Las vías de acceso quedaron taponadas, los cápices de los techos se derrumbaron y las rocas sepultaron a los desguarnecidos mineros. La banda transportadora, repleta de cisco, se paralizó por el corte instantáneo de la energía eléctrica y el gas se propagó como una mortaja por pozos y salones de Villa Diana y el Silencio. Para los habitantes de Amagá el más amargo día había despuntado.

Inválidos y menores laborando

Entre los cadáveres ennegrecidos que alcanzaron a ser extraídos de la mina antes que la empresa suspendiera definitivamente el rescate, se contaba el de Hernando Acevedo, sordomudo, de apenas 16 años, hijo del viejo minero Tocayo Acevedo.

El inválido era uno de los menores de edad que Industrial Hullera, en su avara crueldad, engancha sin control ninguno para el arduo laboreo de la minería, con paga muy inferior a los salarios vigentes, directamente o a través de arrendatarios. Desde tiempo atrás el sindicato ha denunciado esta política, sin que hayan valido sus protestas para que los rapaces dueños de la mina la suspendan.

Negligencia criminal

El grisú es fundamentalmente una mezcla de metano y oxígeno, de gran poder detonante. Hay dos métodos conocidos en Colombia para detectar su presencia. La lámpara Davis, que funciona mediante el reavivamiento de su llama ante el gas. Y el metanómetro, instrumento de medición más avanzada. Pues bien, en Industrial Hullera no emplean ninguno de los dos. Hasta una crónica de El Tiempo, julio 24 de 1977, revela esta gravísima situación: “Se afirma que hasta hace aproximadamente cinco años existían en la mina ocho o diez lámparas, que servían para que un capataz y dos ayudantes bajaran a los socavones a inspeccionar y detectar el grisú. Si las lámparas Davis se hubieran utilizado la noche del 14 de julio, no habrían muerto 86 mineros”. Y para completar se cita al minero William Zapata: “Las lámparas de seguridad Davis se están enmoheciendo en las bodegas de la compañía porque solo las sacan cuando llegan las inspecciones del Ministerio del Trabajo”. Es comprensible, entonces, cómo sobrevino la catástrofe que hoy enluta a una población entera y a la clase obrera colombiana.

Lágrimas de cocodrilo

Conocidas las primeras informaciones acerca de la hecatombe, familiares y compañeros de los trabajadores emprendieron la dolorosa tarea de rescatar los cadáveres. A la cabeza de estas labores estuvieron los miembros de la junta directiva del sindicato que, paradójicamente, salvaron sus vidas debido a las medidas persecutorias de la empresa que los había suspendido durante varios días.

Horas después aparecieron en Amagá las primeras brigadas de socorristas, bomberos, policías y soldados, pertrechados de inadecuados y obsoletos equipos de salvamento. Y detrás arrimó la caravana de la hipocresía.

El gobernador y sus secretarios prometieron ayudar a los damnificados, construir un barrio para las viudas y los huérfanos, abrir una “exhaustiva” investigación y, sobre todo, poner a funcionar prontamente la mina. Pero por experiencia los trabajadores saben que a la hora de la verdad los patronos remueven cielo y tierra, compran funcionarios venales, para birlarles a las viudas y a los huérfanos las indemnizaciones a que tienen derecho. Un buen número de compañeros muertos fue empleado a través de contratistas, quienes ya están pregonando que no tienen dinero para atender las obligaciones originadas en la tragedia. Por ello, las gentes de Amagá han recibido indignadas las lágrimas de cocodrilo de sus explotadores.

En cada puerta un soldado

El mismo día de la catástrofe, sin importarle la enorme pena de Amagá, el Ministro del Trabajo sólo se preocupó de que la industria antioqueña tuviera garantizado el suministro del carbón y en tal sentido dirigió un mensaje al gobierno seccional, urgiendo la inmediata militarización del municipio para asegurar la producción del mineral. En esa afrentosa comunicación el alto funcionario no tuvo siquiera una palabra sobre la pérdida de tantas vidas útiles y honradas.

Un joven minero recriminó en varias oportunidades a la Defensa Civil la presencia de personal armado en las galerías. El coronel al que me quejé por semejante procedimiento me impidió entrar a la mina. Joven, me dijo, de turismo no se necesita a nadie. Le contesté, “ustedes son los que van de turismo hacia el núcleo de la tierra. Deje entrar a mis compañeros que ellos si se rayan la piel y usted no”.

Las calles de la población fueron patrulladas por piquetes militares y las instalaciones de la mina encomendadas a la tropa. En cada cuadra de Amagá hubo un velorio y en cada puerta un soldado.

Heroicas acciones proletarias

El coraje y la congoja producidos en los mineros por la desaparición de sus compañeros, indujo a muchos de ellos a efectuar actos de extrema intrepidez. Francisco Madrid, antiguo militante del MOIR, se adentró al tajo con la esperanza de encontrar vivo a alguno de sus camaradas. Provisto de una pequeña botella de oxígeno, apenas suficiente para 15 minutos, descendió seguido por el entibador Arnoldo García, quien explica lo acontecido: “Ya estábamos de regreso cuando vi a Pacho Madrid que caía. Perdió la mascarilla y la botella se le rompió. Comenzó a gesticular desesperadamente. Con ese calor, con ese humo, bajitico, azul, ¿quién podía salvarse? Caminé anestesiado casi por completo. Un compañero me echó a sus espaldas y me sacó. Al otro día, estando nosotros en el entierro común, supimos que habían recuperado el cadáver de Pacho. Había entregado su vida heroicamente.

En el horroroso desastre fallecieron también los recordados militantes y activistas del MOIR Roberto Quintero, Javier Trujillo, Gustavo Vélez, Ramiro Ángel. Francisco Valencia, Libardo Florez Macías, Luis Posada, Orlando Marín, Luis Eduardo Restrepo, Fabio Álvarez, Juan Castaño, José García, Emilio García Castañeda, Pedro Pablo Marín y otros.

Multitudinario y emocionado sepelio

Más de 20.000 personas entre familiares, amigos, allegados y gentes del pueblo de Amagá se concentraron desde el medio día del viernes 15 de julio frente al atrio de la iglesia, para testimoniar sus sentimientos de dolor, indignación y solidaridad. Decenas de ataúdes fueron alineados en una impresionante ceremonia en un costado de la plaza. Pancartas rojas y negras en las que se leía: “Compañeros caídos, “Vuestro silencio es grito de combate” y “La sangre y sudor mineros son riqueza para Hullera”, “Gloria eterna a los compañeros caídos”, fueron extendidas al frente de los féretros. Coronas de flores, entre las que se destacaba la enviada por el camarada Francisco Mosquera a nombre de la dirección y la militancia del MOIR, cubrían los catafalcos. Delegaciones del Frente Sindical Autónomo de Antioquia (FSA), organización a la cual está afiliado el sindicato minero, de Fecode, Sittelecom, Fedeta, Utran-UTC y el Bloque Sindical Independiente de Antioquia, presidían el acto, en medio del adolorido silencio de la multitud.

Francisco Mosquera en Amagá

El viernes 15 de julio en las horas de la mañana el secretario general del MOIR, camarada Francisco Mosquera, ligado por las batallas de muchos años a los mineros, se presentó en Amagá junto con el compañero José Roberto Vélez, dirigente nacional de ANAPO, para expresar a los trabajadores las condolencias del Frente por la Unidad del Pueblo. Concurrieron también Carlos Virgen, secretario regional de ANAPO, y el escritor Jairo Aníbal Niño.

Dos días después el candidato presidencial del Frente por la Unidad del Pueblo, Jaime Piedrahita Cardona, y su esposa Amparo Echavarría de Piedrahita, visitaron a los obreros y los acompañaron en su pesar. Con ellos estuvo de nuevo Francisco Mosquera. Asimismo, Jaime Jaramillo Panesso, Carlos Virgen y dirigentes regionales de la ANAPO y el MOIR.

El gobernador no pudo hablar

Culminados los oficios religiosos le correspondió intervenir a Hernán Taborda, en representación de los trabajadores. Las autoridades, temerosas de que el pueblo amagacita escuchara de boca del líder obrero la verdad, intentaron boicotear sus palabras y apagaron el equipo de sonido en el preciso momento en que denunciaba la absoluta y exclusiva responsabilidad de la empresa y el gobierno. Las cadenas radiales interrumpieron también sus transmisiones. A los gritos de “Dejen hablar a Taborda” y “los asesinos lo quieren acallar”, la iracunda muchedumbre respaldó al dirigente.

Cuando Taborda terminó su alocución, el gobernador de Antioquia pretendió dirigirse a los presentes. El gentío, ofendido por la desfachatez del representante oficial, inició la marcha fúnebre con sus muertos, sin escucharlo. Banderas enlutadas y ramos de flores de numerosos sindicatos y partidos de izquierda secundaron a los dirigentes mineros hacia el cementerio.

Ya en la cripta central, un cabo del ejército quiso desplazar al compañero Taborda del sitio que le correspondía. Entonces, la incontenible masa obligó a los esbirros a retirarse. “Aquí manda el compañero Taborda”. “Este es nuestro dolor, fuera los asesinos” y “Tóquenlo y verán como se daña esto”, gritó la multitud. Enseguida, con altivas y conmovedoras frases el presidente del sindicato brindó un postrer adiós a sus hermanos de clase y solicitó un minuto de silencio en honor a los caídos. Consignas antigubernamentales y antipatronales retumbaron por todo el cementerio.
Un homenaje nacional a la memoria de los mineros muertos en Villa Diana, programado por el sindicato para el domingo 24 de julio, fue arbitrariamente suspendido por el gobierno.

Este desastre, uno de los más grandes ocurridos en veta alguna del mundo y el peor que recuerde la historia de la producción en Colombia, es una muestra fehaciente de los feroces excesos de los explotadores y de su voraz afán de enriquecimiento a costa del sudor, la salud y la propia vida de los hijos del proletariado, únicos verdaderos forjadores de toda la riqueza social. Por ello en todo el país se ha levantado un clamor que condena a los responsables del crimen de Amagá y que exige que esta deuda de sangre sea cancelada.